Esta mañana en el autobús estaban sentados detrás de mi una madre con un hijo a cada lado. No paraban de pegarse entre ellos, sobretodo el niño que además contaría con sólo tres años mientras que su hermana tendría cinco o seis.
"¡Juanito, no pegues a tu hermana! ¡Para Juanito!" Le gritaba la madre constantemente. El niño, irrefrenable, se lanzaba como un cachorro juguetón una y otra vez sobre la niña, quien reía mientras le devolvía poderosa los tortazos. La madre, harta, amenazó finalmente a su hijo con el típico "Como vuelvas a pegar a tu hermana te doy, ¿te enteras? ¡Te voy a dar al final! " .Entonces el niño, se puso en guardia frente a la madre y gritó entusiasmado:"¡Venga,Mamá, lucha!"
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